28.10.11

Aprendí, que no hay que creer en rumores aunque sea cierto eso que digan. Que a veces es mejor ver para creer, y no creer antes de ver. Nunca digas nunca, aunque nada dure para siempre.
Aprendí, que una mirada puede ser el paso que falta para decir la verdad. Y me dí cuenta de que no es necesario hacer el amor para entregarte a alguien. Que basta una caricia, un toque, un roce, un beso. Ya tienes mi alma, sólo te falta encontrar mi cuerpo.
Aprendí, que no es el tiempo quien ayuda a entender las cosas, sino uno mismo. Que la decepción duele más que el amor, pero jamás lo apacigua. Aprendí también que no es el amor el sentimiento que lo puede todo, que es el miedo mucho más fuerte si uno se lo permite, y que es lo único a lo que hay que temer.
Aprendí que es fácil ser fuerte, que el problema no es construir la muralla, sino mantener en pie la fortaleza.
Que a veces lloramos de alegría y reímos de tristeza. Que no hay diferencias entre una semana y toda una vida. Hay decisiones que pesan porque son correctas, el problema es quererlas.
Aprendí que en limpio y sin pensarlo no es que no podamos, sino que no queremos. Que a veces pido mucho y espero demasiado. Pero se me va la cordura contigo, corazón...





¿Sabes?
Aprendí que te amo. Con o sin razón, fuera de los complejos, lejos de los prejuicios, de las dudas, de los miedos...

9.10.11

Busco las palabras adecuadas. Sé que las circunstancias en las que nos vimos no fueron las mejores, pero por un momento pude sentir que todo estaba en su lugar.
El primer abrazo, ese que congeló el tiempo e hizo que el mundo desaparezca. Durante unos segundos volvimos a ser nosotros: Tú y yo..
Perdón por ser indiscreta y algo inoportuna, pero apenas te vi no pude sino correr a tus brazos. Lo necesitaba, te echaba tanto de menos..
Recuerdos. El abrazo, tu rostro tan cerca al mío. Tus ojos marrones y un beso que quedó suspendido en el aire. Nuestros dedos enlazados bajo la mesa, tu mano en mi rodilla. Las miradas cómplices y algunas sonrisas. Has dejado marcadas más huellas de las que me gustaría aceptar..
Esta es una confesión limpia, sincera, real. Esta es una confesión que ya no duele, que ya no quema. Que tiene un sabor diferente, y la escribo porque no puedo dejarla escapar. Nunca tuve dudas de ti, pero hoy me sentí completamente segura. Segura de estar a tu lado, segura de mis sentimientos, de lo que alguna vez te dije: Siempre será especial.
Abro la ventana y miro al cielo, es una noche preciosa. De nuevo me lleno de sal; ya no me dueles como antes.
Hoy, mirándole a los ojos a la luna, le confesé que te amo. Y me sentí aliviada. Ya no te espero, pero de alguna forma siento que no te has ido. Y se siente bien.






No me arrepiento de quererte. ¿Pensarás en mí?

3.10.11

Día 2: Despertar

Cuando al abrir los ojos te das cuenta de que todo ha cambiado, y despiertas no sólo al día, sino también a la realidad. Y comprendes que nada va a volver a ser como antes.

Quizás me esté acostumbrando nuevamente a estar sin ti. Aunque duela. Quizás haya entendido por fin que cuando caes, lo único que queda es levantarte y seguir. Y aprender a ser fuertes, y a sin darnos cuenta, sacar fuerzas de donde ya no hay.

Ahora, eso sería lo ideal. Pero la verdad es otra...

La verdad es que a pesar de saber que ya no hay vuelta atrás, seguimos esperando. La verdad es que detrás de todas las dudas y de todos los miedos, siempre existirá una pequeña esperanza. Bien dicen que es el peor de los males..

Lo que pasa es que no quiero dejarte ir, es que quiero seguir aquí, contigo. Es que espero que te des cuenta, que me extrañes, que me necesites. Que me quieras como yo a ti.

Lo que pasa es que me dejo llevar, que mi cerebro dejó de funcionar hace mucho. Que mi error fue nunca decirte la verdad, que siempre hubo algún sentimiento escondido hacia ti, que fue amor a primera vista y que te quise desde el primer momento. Ahora qué sentido tiene..


Desperté, y aunque hoy tenga las cosas claras, no pienso dejarte ir.