Quiero regalarte una sonrisa multicolor, esa que no pude darte la última vez porque mis ojos se llenaban de lágrimas. Quiero darte un abrazo que lo abarque todo: Las primeras frases que cruzamos en el chat, la primera llamada, la primera visita, las primeras fotos, y cada segundo que me has dejado compartir contigo en cada uno de nuestros viajes.
Ahora cierro los ojos y te veo, te busco en mi memoria (aunque aún no ha pasado mucho tiempo) y pienso: Nos conocimos en noviembre, verdad? Ignoramos nuestra existencia durante dieciséis años, y ahora eres como mi mejor amigo.
Te confieso que mientras iba al aeropuerto, recordé que dijiste que en nosotros se repetiría la historia de nuestros viejos y tuve miedo. No había de que asustarse, lo sé, al final recordé también que lo tomaste como una broma y te reíste, con esa risa de cascabel que siempre lo arregla todo...
Gracias por compartir tantas cosas conmigo: se que son pocas, porque aún nos falta mucho por vivir. Se que son demasiadas, porque nada es poco con la gente que uno quiere. Y yo te quiero a ti :)