30.9.10

Cartas

Tomaré las palabras que alguien me dijo hace muchos años: "Soy demasiado cobarde para un adiós en persona, es que odio las despedidas...".

Ha llegado el momento de ser sincera. Mientras escribo esto, todo tipo de pensamientos llegan a mi mente. Por ratos me siento confiada de mi desición, y de pronto me encuentro en un torbellino de dudas y tengo miedo a equivocarme. No decido esto pensando en lo mejor para ti, lo hago porque siento que es lo mejor para mí. No, no estoy siendo egoísta. Esto es exactamente lo que me gustaría que hicieran en mi lugar.

Perdón por no quererte como prometí que lo haría. Perdón por no sentirlo en la medida en que tú lo hiciste, en la medida en que aún lo haces. Yo dejé que el amor que sentía por ti muriera, dejé que renaciera hacia alguien que nunca podrá corresponderme. Recuerda que alguna vez te dije que algún día, a su tiempo, yo pagaría el daño que te ocasioné...te dije que nunca nada quedaba impune, y aquí estoy...

Ahora ya no queda nada. Gracias por los momentos felices que vivimos juntos, por las tristezas aliviadas y los dolores compartidos.
Gracias por haberme querido como nadie supo quererme antes...

3 comentarios:

peyote dijo...

Las palabras levantan muchas vidas, alcanzando cielos lejanos.

Catta dijo...

Suele suceder que tenemos a una persona maravillosa a nuestro lado pero por alguna razón nos fijamos en alguien que es mucho peor y todo el daño ocasionado se torna en nuestra contra inmediatamente.
Saludos!

Lyra Malmoth dijo...

Me encantó el texto, aunque es muy triste. Creo que, en el caso de que no seamos capaces de decir adiós en persona, una carta es lo mejor que se puede hacer :)

(beso :* )